Tras haber sido acosada cuando tenía nueve años y no haber logrado probar sus acusaciones, desestimadas también por su madre, la niña usó la cámara de la consola para captar como el hombre volvió a asediarla un año más tarde. La policía consideró la imagen una «prueba indiscutible” de la culpabilidad del hombre, que ha sido condenado a tres años y medio de cárcel tras confesar las acusaciones y su atracción por jóvenes en su primera adolescencia. La condena también le prohíbe el contacto con menores de 16 años durante la próxima década.
La agente Annabelle Bunn, de la policía de Suffolk y que ha participado en el caso, ha elogiado el coraje y rapidez de reacción de la niña: «Tuvo la valentía de venir a informarnos del incidente y contarnos detalladamente lo que había sucedido. Aunque él lo denunció, al mostrarle la imagen no tuvo más remedio que admitir lo sucedido”.
Fuente | lavanguardia